El término "juguete roto" es una metáfora que se suele utilizar para expresar que una persona ya no puede hacer lo que hacía, ha quedado inútil, inservible o dañada, perdiendo su capacidad para funcionar correctamente como lo hacía antes.
Se utiliza muchas veces para describir a alguien que ha dejado de ser útil a nivel físico, pero también emocional o simbólicamente.
Podemos decir que un "juguete roto" ya no cumple su función original y que puede ser visto como desechado o inútil, vamos que no tiene valor actualmente.
Una vez que tenemos claro el significado, si nos ponemos a buscar juguetes rotos, los encontramos en todas las áreas de la sociedad. En el mundillo del famoseo se ven muchos: Nadiuska, Joselito, Amparo Muñoz, Carmina Ordóñez, Antonio Flores, Ángel Cristo, Jorge Berrocal…Y tantos otros personajes que alcanzan una popularidad efímera, y al poco tiempo después desaparecen sin más, y nunca más se supo de ellos.
Juguetes rotos del deporte: de la gloria a la nada
También encontramos en el mundo deportivo muchos juguetes rotos. Algunos ejemplos que he encontrado investigando en internet:
Tras disfrutar de fama y fortuna, Julia Vaquero, ex campeona de España de 5.000 metros se encuentra en la indigencia más absoluta sobreviviendo con una pensión de 369 euros al mes y aquejada de un trastorno bipolar.
Pero, mucho peor, lo tuvo Yago Lamela, saltador de longitud que se catapultó a la fama en 1999 tras lograr un prodigioso registro de 8.56 que le llevó a ser subcampeón del mundo en Sevilla. Pero tras estos éxitos vinieron las lesiones que le persiguieron de manera insistente hasta obligarlo a abandonar la práctica del deporte en 2009. Fue su ruina. Nunca supo adaptarse a una vida anónima, lejos de las palmadas que otorgara la fama, y entró en una escalada de depresiones que le llevaron a posiciones extremas hasta su muerte.
O en el ciclismo, encontramos los casos de Oscar Sevilla, Paco Mancebo o Isidro Nozal, que lo tuvieron todo, no supieron afrontar su cuesta abajo, han pasado por la miseria, y tratan de volver.
Otros deportistas españoles de las últimas décadas que han llegado al máximo extremo terminando quitándose la vida, cumpliendo condena en prisión, siendo miembros de una secta o enganchados a las drogas son : Chava Jiménez en ciclismo, Poli Diaz en Boxeo, el catalán Joan Garriga en motociclismo, Juanele en fútbol, Jesús Rollan en waterpolo…
Mi clasificación personal de juguetes rotos
Hecha esta pequeña introducción quiero exponer mi propia interpretación y clasificación de juguetes rotos bajo el prisma de la actividad deportiva. Identifico hasta 7 tipologías de sujetos a los que llamaría juguetes rotos.
Tipo 1: Niño o adolescente no iniciado en la actividad física y/o deportiva.
Esta persona, sin saberlo, queda dañada de por vida y condenada a la vida sedentaria muy ligada a las pantallas; y con ella, llegará la enfermedad y la falta de salud, y tal vez unos hábitos de vida y nutricionales poco saludables.
Por supuesto que estos jóvenes no son culpables de nada, y tal vez sus padres tampoco lo sean porque seguro que lo han hecho lo mejor que han sabido y siempre han intentado hacerlo mejor por sus hijos.
Dicho esto, estos niños se convertirán en unos adultos que no cumpliran con la actividad física para la que están diseñados: moverse mucho, a veces rápido y comer poco. Son un juguete roto de la actual sociedad consumista y sedentaria.
Tipo 2: Joven que abandona el deporte a) porque no consigue sus metas, y/o b) porque no consigue las metas que otros (padres, entrenadores o equipo) han establecido para ellos.
Un caso muy típico. Nadie se ha preocupado por lo que le gusta al chico, por aquello que le hace disfrutar. Creo que entre todos han apoyado la escalera en una pared endeble y un mal aire se la lleva por delante.
A la hora de iniciar a los chicos en el deporte hay que hacerlo amparados por su disfrute, porque le satisfaga lo que hace y “venderle” los beneficios de la actividad física para su formación como persona, para su cuerpo y para su mente. Tiene que tener claro lo que aporta socializar y además hacerlo en ambientes deportivos. Tiene que disfrutar y poner el foco en la mejora continua y en el pico y pala necesario para conseguirlo. Y no en un resultado (que no depende de él el conseguirlo), y menos en las metas de terceras personas, que cuando no le valgan lo tirarán como a un clinex y cogerán a otro.
“Me quede sin metas…” Reconocía Yago Lamela semanas después de haber estado ingresado en el Hospital San Agustín de Avilés por un cuadro depresivo.
Tipo 3: El éxito deportivo llega muy pronto, te encumbran y cuando llega el momento en el que no cumples las expectativas depositadas en tí, te apartan y te sustituyen por otra pieza.
Esta fama tan temprana a la larga puede conllevar graves problemas madurativos y emocionales: eres muy joven para tanta exposición a los medios, tantos halagos que te sitúan en el centro de la atención. Y también en el centro de la diana de las críticas cuando un día no salen las cosas bien, las envidias y los celos de otras personas.
No todos son capaces de gestionar esta situación, ni están rodeados de unos adultos que les ayudan a contrarrestar todo esto y a mantener los pies en la tierra porque saben que siguen siendo un adolescente al que le llegan un montón de tentaciones de fuera que es muy complicado asimilar y gestionar.
Hay un hecho cierto, cuando dejen de ser rentables (ser aspirantes a número 1, de ganar o ser competitivos), la mayoría de estos jóvenes deportistas son desechados por el equipo, patrocinadores. Y son sustituidos por otros más jóvenes y con mejores expectativas, cayendo en el olvido y en el vacío del anonimato.
Y esto hay que saber y poder gestionarlo, la mayoría de las veces con mucha ayuda de buenos profesionales que sepan. A veces se consigue pero otras veces el juguete se rompe.
Tipo 4 Deportista que abandona el deporte por no conseguir su objetivo y/o verlo inalcanzable.
En este caso, hablamos de un adulto que, tal vez, guiado por una percepción errónea de cuál es su realidad actual hoy, de las capacidades y/o posibilidades reales que tiene, ha establecido un objetivo que no están a su alcance o fija un resultado que no depende de su propia actuación y desempeño.
Un ejemplo: pretender hacer una maratón de montaña y clasificar bien pero sin embargo no tenemos tiempo para entrenar lo suficiente para lograrlo. O querer ganar una carrera o una liga cuando para el resultado final influyen tantas circunstancias ( el número y calidad de los rivales que puedan acudir porque siempre hay alguien que es mejor que uno, o un posible accidente o torcedura, o…)
El arreglo para este juguete depende de él mismo. Si tu eres capaz de cambiar tus propias creencias y pones los pies en suelo firme, adaptar y ajustar tus metas a aquello que te va y estás en condiciones de conseguir: mejorar, disfrutar, tener un buen desempeño, entrenar x veces, planificar tu competición,... Y olvidar el resultado final, porque no depende de tí.
Tipo 5: Deportista que se lesiona por una mala gestión de las cargas de entrenamiento y/o por no escuchar a su cuerpo.
Otro caso de joderse uno a sí mismo. Tú solo te inutilizas deportivamente por no saber gestionar tus entrenamientos y las recuperaciones. Además muchos de estos casos son reincidentes. Y si no piensa y mira a tu alrededor, ¿cuántos amigos tienes que han sufrido o tienen una fascitis, una sobrecarga de isquios o molestias en el aquiles?.
Y que tiene una solución muy sencilla pero que a veces es muy difícil de poner en práctica. Aprende, estudia, y si no sabes… pues busca ayuda.
Tipo 6: Deportista que no es ni la sombra de lo que fue por no entrenar.
Quiere pero no puede, y sufre, llegando a tirar la toalla y abandonar o lastimarse más de la cuenta por sobre-exigirse de más sin estar preparado. ¿Os suena el caso?
Este es un caso de querer y no poder. O de vivir de las rentas. Y en el mundo del deporte esto es imposible.
Uno tiene que saber siempre dónde se encuentra, en que momento deportivo está. Y a que puede aspirar. El cuerpo humano tiene una capacidad innata para mejorar y adaptarse a cualquier circunstancia, pero en cuanto dejas de molestarlo vuelve a su situación inicial de salida (forma = 0), y te toca empezar de nuevo durante bastante tiempo a usar el pico y la pala.
Tipo 7: Adulto que motivado por la ambición por querer ganar recurre a cualquier cosa (trampas o doping).
A lo mejor no lo sabe pero es un juguete roto o lo será cuando lo pillen y/o no haga trampas. Este caso es el típico juguete roto de partida que quiere jugar en otra liga. El ya se siente defectuoso desde el mismo momento en que hace la trampa.
En mi opinión, creo que esto ocurre porque da más valor al resultado final que a lo bueno de practicar deporte (estar saludable, socializar, disfrutar con algo que te gusta…) y competir (dar lo mejor de tí mismo, evidenciar tu mejora con el entrenamiento, superar tus tiempos, verte rodeado de otros competidores, ver cómo eres capaz de aguantar el esfuerzo o superar zonas complicadas, disfrutar de un buen resultado por unas horas…)
Cambiando sus creencias dejará de ser un juguete roto de salida, disfrutará más y no depende de terceras personas o cosas ajenas para saber y sentir que ha alcanzado su éxito deportivo.
¿Quien no es un juguete roto?
Aquel que disfruta practicando su deporte favorito, en solitario unos días y con la compañía de amigos y compañeros otros, que sabe cuál es su situación física y personal de hoy, la asume y a pesar de ello disfruta con lo que tiene o puede como un niño.
Aquel que compite y da todo lo que tiene aunque no aparezca en las primeras hojas de la clasificación general, y al acabar se siente satisfecho con lo realizado y disfruta conversando con otros corredores y amigos.
Aquel que escucha a su cuerpo, hace caso de las molestias y dolores que sufre y es capaz de parar unos días para curar sus músculos.
Aquel que se mantiene fiel a la actividad física y al deporte durante toda su vida, unas épocas con mayor carga y otras manteniendo unos mínimos vitales pero nunca desconecta.
Cualquiera que se vea reflejado en algún aquel… es un auténtico pata negra. Y de estos te hablaré otro día.
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Termino este artículo con unos versos de una canción de Victor Manuel incluida en el álbum “para la ternura siempre hay tiempo” en los que apunta de alguna forma como evitar ser un juguete roto:
“No seré nunca juguete roto. /
No estaré arriba de cualquier modo.
(…)
Monto un caballo que yo controlo, /
no me deslumbra el brillo del oro”.
No todo vale por ganar, tienes que ser consciente de dónde te encuentras hoy y ahora, y actúa en consecuencia,basandote en lo ue está a tu alcance y depende de tí, y no te dejes arrastrar por la fama, el dinero o el reconocimiento de otros.
Nos vemos dentro de 15 días.