Cómo superar una mala racha deportiva y recuperar tu mejor versión
Estrategias efectivas para salir de una mala racha en el deporte.
Si últimamente sientes que no te salen las cosas en tu deporte, tranquilo, créeme si te digo que todos hemos pasado por ahí. Las malas rachas son parte del juego, pero lo importante es cómo las enfrentamos para volver a disfrutar y rendir al máximo.
Aquí te comparto algunas estrategias que me han ayudado a salir de baches y que quizá te sirvan para salir del bache y recuperar tu mejor versión.
1. Acepta lo que estás viviendo y sé amable contigo mismo
Reconoce tu situación
Lo primero es admitir que estás en una mala racha. Negarlo o hacer como si nada solo alarga el problema. Si estás jodido, pues lo estás, y no pasa nada. Es normal y, sobre todo, temporal. Incluso los más grandes deportistas han tenido momentos difíciles. Aceptar lo que sientes es el primer paso para superarlo. Como dice el refrán, "al mal tiempo, buena cara".
Practica la autocompasión
Es fácil ser duro contigo mismo cuando las cosas no salen bien: "No valgo para esto", "soy un paquete", "¿para qué sigo intentándolo?". Pero machacarte no ayuda. En vez de eso, trátate con cariño y comprensión. Permítete sentirte mal y no te castigues por ello. La autocompasión te ayudará a mantener una mentalidad positiva y a enfocarte en lo que puedes aprender y cómo solucionar tu situación actual.
Y para lograrlo, primero hay que averiguar las causas reales.
2. Analiza y ajusta lo necesario
Identifica las causas
Vamos a ver qué puede estar causando esta mala racha. ¿Estás entrenando demasiado? ¿Te falta descanso? ¿Algo fuera del deporte te está afectando, como el estrés laboral o personal? Identificar qué está pasando te ayudará a tomar acciones concretas.
Para este proceso, es muy útil la sencilla herramienta de los 5 porqués que te expliqué en el artículo del KaizenTrail.
Revisa tus objetivos
Quizá sea momento de echar un vistazo a tus metas actuales. ¿Son realistas para tu situación actual? Puede que no se ajusten a tu estado de forma o que sean demasiado ambiciosas en este momento.
A veces necesitamos ajustar nuestras expectativas y celebrar los pequeños avances que hacemos día a día. Por eso es muy útil replantear tus objetivos para que vuelvan a ser realistas y alcanzables. Así mantendrás tu motivación y confianza en ti mismo. Algo que es clave y fundamental, creer en ti.
Sé flexible y adapta tu plan
La flexibilidad es clave para adaptarse a nuevas circunstancias. Hay muchos caminos para llegar a Roma. Si tienes GPS en el coche, lo habrás experimentado: cuando te pasas una salida, siempre aparece otra ruta. Como dice el dicho, "más vale maña que fuerza".
No tengas miedo de cambiar las cosas. Si sientes que algo no está funcionando, prueba un enfoque diferente. Pequeños cambios en tu entrenamiento o estrategia pueden hacer una gran diferencia.
3. Estrategias para atletas que afrontan el momento
Mantén una actitud positiva
Tu mentalidad es clave. Enfócate en tus fortalezas y en lo que puedes controlar. Háblate de manera positiva y motívate con frases que te inspiren.
Visualiza tus éxitos
Imagina cómo superas los obstáculos y alcanzas tus metas. Dedica tiempo a visualizar cada detalle: cómo te sientes, cómo te mueves y cómo celebras tus logros. Esta práctica puede aumentar tu confianza y prepararte mentalmente para replicar ese éxito en la realidad.
Disfruta del proceso
Enfócate en disfrutar cada entrenamiento y competición desde que te levantas por la mañana, recoges el dorsal, saludas a conocidos... y no solo en los récords personales o resultados. Celebra cada logro, por pequeño que sea, y utiliza los errores como oportunidades para aprender.
Esta mentalidad te permitirá encontrar satisfacción en cada paso y mantener la motivación a largo plazo.
Encuentra tu motivación
Recuerda por qué empezaste en este deporte y vuelve a conectar con esa pasión. Si sientes que te falta motivación, busca nuevas fuentes de inspiración. Puede ser probar algo nuevo en tu entrenamiento, nuevas modalidades o distancias, entrenar con otras personas, unirte a un club o seguir a atletas que admires.
No te compares con los demás
Cada persona tiene su propio camino. Compararte con otros solo te distrae de tu progreso. Enfócate en ti, en cómo puedes mejorar y en tus propios logros. Valora tu progreso personal.
4. Cuida tu esfuerzo y evita la fatiga
Escucha a tu cuerpo
Tu cuerpo es tu mejor guía. Si te sientes cansado, es importante que descanses. Ignorar las señales de fatiga solo empeorará las cosas. Asegúrate de incluir tiempo de recuperación en tu rutina diaria y semanal. Ignorar estos signos puede llevarte al sobreentrenamiento, lesiones o agotamiento, prolongando tu mala racha.
Controla cómo te sientes durante el esfuerzo
Aprende a reconocer tu nivel de esfuerzo en los entrenamientos y competiciones. Esto te ayudará a regularte y ajustar el ritmo y la intensidad según sea necesario. No solo mejorarás tu rendimiento, sino que también evitarás sobreexigirte y aumentar el riesgo de lesiones.
Maneja la fatiga
Haz todo lo posible para mantener tu energía. Cuida tu salud general, hidrátate bien, come adecuadamente y practica técnicas mentales para mantener el estrés a raya.
5. No estás solo: busca apoyo
Habla con tu entrenador o conmigo si no lo tienes
No dudes en compartir cómo te sientes. No pases por esto solo. Con alguien de confianza puedes encontrar soluciones y ajustar lo que sea necesario en tu entrenamiento.
Apóyate en quienes te rodean
Rodéate de personas que te apoyen y animen: compañeros de entrenamiento, amigos, familia. Compartir tus experiencias y sentirte respaldado hace una gran diferencia.
Recuerda, esto es solo una fase y pasará. Las malas rachas son temporales; "no hay mal que cien años dure". Con paciencia, perseverancia y estas estrategias, vas a superar este momento y volverás a disfrutar de tu deporte como antes.
El camino hacia el éxito está lleno de altibajos, nadie dijo que fuera una línea recta ascendente. Es como el perfil de una carrera por montaña: hay subidas, bajadas y llanos. Lo importante es mantenerse en carrera. Y si no es en esta de hoy, la semana que viene hay otra. Y a la siguiente también.
Y recuerda que estoy aquí para apoyarte, si me necesitas, en cada paso del camino.
¡Ánimo, que tu mejor versión está más cerca de lo que crees!
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